Esta edificación preexistente, que construida en base a dos volúmenes con un marcado contraste entre estilos arquitectónicos, deja latente las dos etapas en las que se ha ido conformando. Por un lado, nos encontramos una edificación tradicional canaria de los años 50 con cubierta a 4 aguas y una configuración esbelta distribuida en dos plantas, y por otro lado, anexa, una edificación de los años 80 con un marcado estilo local, pero ahora con cubierta plana y cornisa a modo de parasol recto. Este proyecto trata de su recuperación como vivienda, pero esta vez, repensando un uso ligado a la etapa actual en la que nos encontramos. Es por ello que en el lugar que ocupaba el volumen más reciente, se ubica ahora un nuevo volumen con un carácter rústico con cubierta a 4 aguas similar a la edificación matriz, aunque con una disposición de huecos que propician una mayor interacción con el espacio exterior. Como elemento importante, cabe destacar el nexo entre el volumen nuevo y antiguo, donde se dispone un espacio que permite poner en valor el carácter propio de cada edificación y con ello sus diferentes etapas.